jueves, 6 de marzo de 2008


Mientras escuches , no trates de interpretar. No escuches las palabras, sino los espacios entre líneas, no lo que dicen sino lo que quieren decir, su significado. Mientras interpretas no puedes escuchar, si empiezas a pensar, dejas de escuchar.
Es como estar cerca de una cascada. La escuchas, en silencio y así su sonido va entrando dentro de tí. No piensas, solo escuchas. Solo así serás capaz de entender lo que hay en los silencios entre palabras.
Hay veces que mientras nos hablan ya estamos pensando una respuesta, estamos haciendo nuestra propia interpretacion de lo que nos estan diciendo pero no lo estamos entendiendo.

9 comentarios:

Nora dijo...

Bonita imagen, bonitas palabras.
Un saludo cordial!
Pasión

mj dijo...

Solemos escuchar a través de nuestras proyecciónes, de nuestros deseos o de aquello que nos puede satisfacer. Es muy difícil escuchar, por eso vamos como vamos...
Te he encontrado en el blog de Compartimos? te hago un enlace en el mio... así te leo con más facilidad...Espero que no te importe.
Un saludo
Jose

airen dijo...

Pues tienes toda la razón; a veces nos consideramos buenos "escuchadores" y sin embargo, sólo estamos al 50% porke nuestra atención está en las ke serán nuestras palabras.
Muy buena la entrada, mami.

José Ignacio Lacucebe dijo...

Que verdad contiene tu escrito. Cuesta estar atento, en silencio, poniéndose en la piel del otro y escuchar, solamente escuchar.
Dejar terminar el discurso, la frase la palabra.
Tu lo expresas muy bien el tiempo de preparar la respuesta nos impide recibir con nitidez lo que nos dicen.
Con mucho cariño.

caselo dijo...

Gracias por este regalo. Aprender a escuchar para entendernos o para conocernos a sí mismos. El mundo es una constante sinfonía de cosas pequeñas que son a la vez todo el universo. Desde Colombia un abrazo,

Carlos Eduardo

Nut dijo...

Pues como queda bien clara la certeza del valor de escuchar, quizá decir que el silencio en sí es tan valioso como la palabra. A veces mucho más significativo. Si consigues compartir el silencio con alguien sin sentiros incómodos, puede ser más dulce y enriquecedor que una buena conversación. Besos desde akí

Pedro Estudillo dijo...

¡Qué maravilla de foto! Es cierto que tenemos que educar nuestros oídos al silencio, no estamos acostumbrados a él, nos molesta, nos incomoda. Sin embargo, cuando aprendemos a interpretarlo es una bendición. Lo sé por experiencia. Aunque tampoco hay que dejar de escuchar nunca palabras como las tuyas.
Besos.

¿Escritora o escribidora? dijo...

Pues mientras te leía...

He llegado a escuchar la cascada...

Qué cierto lo que dices.

No nos escuchamos ni a nosotros mismos.

Un saludo

MARIAISABEL dijo...

Es la primera vez que entro en tu página ... pero la guardaré en Favoritos.

¡Qué importante eso que dices de la "escucha" ... que hermoso poder "escuchar" realmente a alguien ... y que regalo sentirnos realmente "escuchados" por alguien.

Muy cordialmente, Anabel