jueves, 27 de marzo de 2008


Dicen que hay verdades que hieren, pero la verdad no es la que hiere sino la forma en que te la presentan. Hay una historia de un hombre muy poderoso que soñaba una y otra vez que se le caian los dientes , asustado por el sueño mandó llamar a un sabio para que le descifrara el sueño. El le dijo que su sueño le estaba anunciando la muerte de un familiar. El hombre se enfadó mucho, y mandó azotar al sabio por lo que le habia dicho. Entonces volvió a llamar a otro hombre sabio para ver que le decía. Este sabiendo lo que le habia mandado hacer al anterior le dijo " su sueño sin duda es una muy buena noticia, porque quiere decir que usted va a sobrevivir a un familiar". El hombre se puso tan contento que le gratifico con una bolsa llena de oro.

Y es que la verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, será aceptada con agrado.

15 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Un texto precioso y muy aleccionador. Ya que no podemos tener certezas sobre la verdad, ¿por qué no considerar sólo aquellas que pueden hacer el bien y descartar las otras?.
Un besito.

González Luis dijo...

Cierto que no todas las verdades son para alegrarnos, pero son la realidad, la misma que debemos afrontar. Me parece muy buena la forma de presentación de la historia. Debemos ser prudentes, tener tacto, eso es muy importante al tratar con todos a nuestro alrededor.
Aunque sea dura, debemos estar prestos a aceptar las verdades. Gracias x tus saludos!

Anónimo dijo...

Las verdades duelen.
Un saludo.

Homeronica dijo...

Hola runitas: la enseñanza de esto es que siempre hay que presentar las cosas en forma pro-positiva. Un abrazo. H.

Alas dijo...

También corremos el peligro de endulzarla tanto que deje de ser verdad. Yo creo que hay que saber decir las cosas pero que hay verdades que duelen y que no debemos ahorrarnos ciertos dolores ni tampoco ahorráselos a la gente a la que queremos.

Un besote alado

M. J. Verdú dijo...

Precioso blog lleno de magia

mj dijo...

Hola cielo, cómo me gusta venir aquí. Con la músiquita de Chambao. Hace muy poco los ví. Al comienzo de su nueva gira. Un músico de los que van en el grupo es un buen amigo mio.
Bueno yo lo que te puedo aportar es que todo está en la forma de decirlo, tu lo has expresado muy bien al final de tu reflexión.
Un abrazo muy grande..

Anónimo dijo...

Lo has expresado perfectamente. Hay verdades que duelen por muy verdad que sean.Aveces esa verdad es sabida y no hace falta que nadie nos la lance a la cara. Besos
anamorgana

caselo dijo...

Mi runas querida, la verdad pueda que sea una sola, pero también hay que saber decirla. Una verdad amarga puede ser menos cruel si se le añade cariño. Una verdad dulce, entregada con envidia, pierde su brillo. Entonces es bueno considerar que detrás de quien recibe una verdad hay un corazón. Un besito,

Carlos Eduardo

Sueños dijo...

Hay que saber muy bien cómo decir las cosas, las verdades pueden hacer mucho daño y a veces es complicado buscar el modo oportuno pero estoy segura que si se dicen con cuidado y sin querer hacer daño, poniendonos en el lugar del otro esa siempre va a ser la mejor forma.
Un besazo

Sueños dijo...
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Sibyla dijo...

Runas, me ha encantado este relato, y cuán aleccionador es.
El ser cobarde para afrontar la realidad, no hace que esa realidad deje de suceder...

La verdad y las palabras deben ser usadas delicadamente para no herir, me voy con ese pensamiento.

Gracias, un abrazo!:)

la danza de la vida dijo...

precioso cuento, aunque lo pintemos como lo pintemos, la verdad nadie puede cambiarla incluso cuando con el tiempo nuestra perspectiva cambia....besos

Anónimo dijo...

Sí, que es hermosísima la historia. Parece que así es; la verdad es la verdad pero puede manifestarse de tantas formas. Un abrazo, Runas

Anónimo dijo...
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