
A fuerza de sentirse atrapada aprendió a fingir que lo amaba. A cerrar los ojos a la realidad, a creerse sus mentiras, sus excusas, su "todo va bien".
Aprendió a no decir lo que sentía, a callar , a no llevarle la contraria. A no hacer caso del nudo en el estomago cuando sonaba la llave en la cerradura.
Aprendió, tambien a mentir, creandose una vida paralela, en la cual era feliz, donde soñaba despierta tomando la rienda de su vida, donde era valiente y sonreía. Una vida donde no se dejaba humillar, ni callar, ni asentir por asentir. Donde se veia guapa , donde no era inepta y si aceptada. Y a falta de corage allí se refugió , en su mundo, su particular mundo, su particular vida solo de ella.
Es el caso de muchas mujeres, que prefieren vivir una vida imaginada, porque no se atreven a hacerla realidad. Motivos? tantos como mujeres.